CUÁNTO SE ECHA DE MENOS A LUIS ARAGONÉS

Como bien enunció Luis Aragonés, la máxima de un primer partido en una competición internacional debe ser no encajar un gol. De hecho, en la primera mitad sí parecía que se jugaba con esas miras. Pero, ¿en qué se pensaba en la segunda parte? ¿Para qué sirven las coberturas?, me pregunto. ¿Para qué sirve jugar con dos pivotes defensivos? ¿Por qué se olvidaron de cubrirse las espaldas Ramos, Capdevila, Busquets y Alonso? Para no aportar nada, al cabo. Porque, una vez más, Luis Aragonés da en el clavo: se salió creyéndose de paso y sin jugar al 110 %.

Todos los rechaces en las zonas calientes eran para los suizos y tampoco en esos espacios del campo existía la presencia de apoyos que propicien jugadas de peligro. Y no por culpa de Iniesta y Silva, los cuales eran los únicos que se preocupaban por aportar algo. El resto se dedicaban al juego de salón, justo donde a la Selección Suiza no le importaba, sin velocidad ninguna. Esperando ésta que los españoles se olvidaran de que, para ganar, se debe primero no dar oportunidades al ataque contrario. Y es que no es la Selección de 2010 la misma que la de 2008.

El grupo puede ser el mismo fundamentalmente pero no se estructura en un mismo sistema de juego ni en una misma actitud. Y estas diferencias dependen directamente de Del Bosque. Respecto al sistema, el hecho de modificar la distribución de los jugadores sobre el césped se diría que se debe a la costumbre tan española de marcar distancias con los antecesores en los cargos modificando lo logrado por ellos. Con dos pivotes, frente a uno del modelo de la Eurocopa, se impide la existencia de un enlace con el punta como Fábregas -o Silva, ya que ahí juega habitualmente, o Messi, en el Barcelona y ahora también el la Albiceleste- y hace muy previsible el ataque. Es decir, ni se abre el campo ni se es efectivo.

Punto a parte merece la España que nos presenta Del Bosque tras el gol suizo y los cambios realizados. Primero, se espera que Navas pueda crear peligro cierto aislado en la banda derecha sin apenas apoyos de sus compañeros y sin que, ni una sola vez, Ramos -se desconoce si por iniciativa propia o no; aunque me inclino por que no da para más- doblara al jugador sevillano, al que le esperaban -en cuanto lo 'cataron'- dos o tres contrarios, los cuales le alejaban del área e impedían el factor sorpresa del desborde.

Por otra parte, no entiendo por qué se coloca a un jugador que no está en forma, recién recuperado de una lesión y sin ningún minuto de juego desde ella, y no a otro seleccionado en forma y que además va mucho mejor de cabeza. Torres podría haber jugado si el partido hubiese estado encarrilado. Se le notaba hasta pasado de kilos, muy lento y sin confianza. Mientras, Llorente se preguntaría que va a hacer falta para que juegue unos minutos en este Mundial. Con Luis Aragonés, desde luego que hubiese sido el elegido para acompañar a Villa. Más aún, ante esa orden -o falta de ella o ellas- de colgar constantemente balones al área: a falta de ocasiones, al menos utilícese la imaginación.

Pero es que a Del Bosque no se le ve tampoco ni imaginación ni capacidad de reacción ante los acontecimientos. Ya se vio contra E.U.A. en la Copa Confederaciones. Así que no era de extrañar que no se remontara el resultado. Ni tampoco parece que sea capaz de insuflar la tensión que se precisa en estas lides. Parecía que, a partir de la selección de Luis Aragonés, íbamos a disfrutar de un equipo, que nuestra selección mostraría el carácter y la entrega que demuestran los argentinos, italianos, brasileños, alemanes e, incluso, los suizos, por ejemplo. Y es evidente que Del Bosque no motiva a los jugadores lo suficiente y que todo es muy laxo.

Probablemente, todo sería distinto si se hubiese vencido a Suiza. Pero eso no impediría que el paso de España por este Mundial de Sudáfrica vaya a ser olvidable. Todo por los egos de Villar y acólitos y de los periodistas vedette, por no entender que, como hizo Luis Aragonés, el seleccionador nacional no debe ser amigo de nadie. Si Luis no se hubiese visto obligado a cesar en su cargo, a todas luces, España sí sería favorita para el 11 de julio.

Juan Gil